Mañana es San Valentín, y en ese día los que tenemos pareja solemos tener algún detalle o muestra de afecto con esa persona querida.
Lo que te quiero preguntar es si aparte de a tu pareja, si es que la tienes, te quieres a ti mism@.
A todos nos gusta que nos quieran, es una necesidad básica, pero a veces, nos hemos olvidado de querernos a nosotros mismos y realmente, solo cuando nos queremos a nosotros mismos primero, podemos ofrecer un amor genuino a los que nos rodean.
Muchas veces tendemos a poner por encima las necesidades de los demás y nos olvidamos de las nuestras. Y lo hacemos, a menudo, por creencias que hemos ido creando a lo largo de nuestra vida para sentirnos mejor, para tapar el sentirnos que no somos capaces, o que valemos poco. Tratamos de encontrar nuestro valor en lo que hacemos por los demás, y si los demás responden bien todo va genial, pero cuando las cosas no salen como esperamos o no recibimos la aprobación de los demás, es cuando nos sentimos fatal y entonces se hacen reales nuestras creencias mas profundas sobre nuestra valía.
Pero la realidad es que tú y yo, solo por existir, somos valiosos. Yo siempre pongo el ejemplo de que un bebe recién nacido, que tal vez ni es muy guapo, solo llora, come, caga y duerme, no tiene una carrera brillante, ni siquiera estudios, ni otros muchos logros que cualquiera va consiguiendo a lo largo de su vida, pero solo por ser un bebe, un pequeño ser vivo, vale, lo queremos, así, tal cual es, y ¿por qué deberíamos dejar de valorarlo según va adquiriendo sabiduría de vida? No tiene sentido. En cambio, muchos de nosotros dejamos de valorarnos. Nuestra parte crítica se apodera de nosotros (porque aprendimos a hacerlo así) y nos va recordando cada una de nuestras equivocaciones o limitaciones, sin darse cuenta que está dejando de lado un gran material positivo que tenemos en nuestro interior. Y probablemente dejamos que la crítica nos acompañe porque creemos que así podremos ser mejores y los demás nos querrán y nos valorarán, pero la cruda realidad es que la critica solo machaca y nos hace muy infelices.
Así que, te propongo una cosa, para San Valentín y ojala para el resto de los días del año, trátate con cariño, cuídate, háblate con amabilidad, trata de entender tus errores, como lo que son, errores de los cuales puedes aprender, no como un fracaso en tu vida.
Esto lo podemos llevar a la comida y a la relación que tenemos con los alimentos, cocina para ti como lo harías para tu pareja, cuida los detalles, siéntate y disfruta, escucha a tu cuerpo y busca un equilibrio entre tus gustos y tus necesidades. A veces un pequeño capricho, si se tiene hambre, cubre varias necesidades y no tiene sentido sentirse mal por tenerlo. Búscate un momento para ti, para relajarte o simplemente para sintonizar con lo que quieres, y permítete cosas, piensa en ti.
También puedes pensaren los demás, pero será mucho más sano ese sentimiento desde ti con tus necesidades cubiertas. Como dicen en los aviones…primero la mascarilla se la pone el adulto y luego, nos encargamos de ponérsela a los niños.
¡Feliz día de auto-San Valentín!